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Hablar del PDAE es hablar de un perro de orígenes oscuros y poco conocidos, que se remontan a la Antigüedad y sin embargo y esto es lo más curioso del caso, es una raza cuyo reconocimiento oficial por parte de los principales estamentos cinófilos es muy reciente. Por eso conviene que comencemos analizando su historia al revés de lo que haríamos con tantas y tantas otras razas caninas, cuya existencia está mejor documentada y alcanza una mayor dimensión y prolongación en el Tiempo. El PDAE fue oficialmente presentado en España, durante la celebración de la “1ª exposición Nacional Canina de San Pedro de Alcántara”, en Málaga, el 24 de mayo del año 1981, es decir, antes-de-ayer. Ese día y fuera de concurso, se presentó a un ejemplar macho, canela oscuro, propiedad de una familia de holandeses, los Sres. De Klaas Mesdag, quienes estaban dedicados a la cría caballar y que resultaron claves para el reconocimiento de la raza. En ese momento todavía se los denominada “Turcos Andaluces”, un nombre que aún ahora defienden como más apropiado y quizás más genuino, los mayores entendidos en la raza y que entronca directamente con la que podría ser su verdadera ascendencia, como luego veremos. Su presentación fue el resultado del esfuerzo de un grupo de aficionados que realizaron un estudio de las características étnicas del que entonces llamaban “Perro Turco Andaluz” que, junto con unos pocos artículos divulgativos presentados posteriormente en las principales revistas caninas españolas contribuyeron en gran medida, a su mejor conocimiento por la comunidad cinófila nacional y extranjera. Entre esos nombres cabe destacar los del Veterinario Andrés Flores y los de José V. García y. Maria Victoria Mañas. Asimismo entre los “históricos” que con su trabajo, esfuerzo y empeño personal hicieron posible que hoy en día el PDAE ocupe un lugar preponderante entre los amantes de los perros, hay que citar a Antonio García, quien en la actualidad preside la Asociación Española del Perro de Aguas Español, AEPDAE), a Klaas Mesdag, a Santiago Montesinos (que fuera primer Presidente de la AEPDAE), a David Salamanca, que por aquel entonces pertenecía a la Comisión de Razas Españolas de la Real Sociedad Canina de España, a Carlos Salas, a Jesús Vadillo (Presidente de la Sociedad Ecologista Ibérica para la Protección, Investigación y Fomento de las razas Caninas de Perros de Pastoreo y su Entorno Cultural, SEIPPEC) ..., sin olvidar –claro— a una serie de pastores y cabreros que permitieron que sus perros fueran llevados allí dónde fuera menester, para dar a conocer sus características. Hoy en día nadie cuestiona la ímproba labor personal de Antonio García, “Antonio de Ubrique”, como cariñosamente le llaman algunos por aquello de que es Ubrique (Cádiz) su lugar de procedencia, desde dónde ha dado a conocer al Mundo esta raza; él ha sido pieza clave en toda la labor de recuperación de ejemplares, en la concepción de los preliminares del primer estándar oficial de la raza y en el diseño de toda una labor de divulgación que hizo posible su posterior reconocimiento oficial. (Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |