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A partir de los años ochenta, varios países europeos como Alemania, Bélgica, Holanda, España, Finlandia, Italia, Noruega, Portugal, Suecia y Suiza, e incluso el Reino Unido – donde a pesar de que el reconocimiento oficial por parte del Kennel Club todavía hoy está pendiente, existe ya desde 1992 un Club de la raza, denominado Pyrenean Sheepdog Club of Great Britain--, comienzan también a desarrollar sus propios programas de cría, con bastante éxito, dicho sea de paso, a lo largo de los últimos decenios del pasado siglo. Algún tiempo después son los norteamericanos los que se fijan en el PdP e importan los primeros ejemplares, hasta el punto de que ahora mismo superan ya el centenar --muchos de los cuales han sido iniciados la conducción de ganado por sus propietarios con gran satisfacción--, si bien el American Kennel Club todavía no reconoce la raza. “Pyr Sheps” en América: Los PdP llegaron por primera vez al continente americano acompañando al ganado que era embarcado desde Europa, junto con los primeros colonos, allá por el siglo XVII. Eran por lo general perros de color arlequín y de pelo largo, y resultaron instrumentales para afianzar la crianza de lo que hoy se denominan “Australian Shepherds” que a pesar del nombre, son originarios de las Montañas Rocosas. Mucho más tarde, hacia 1930, Mary Crane, introductora de los Montaña de Pirineos en Estados Unidos, y criadora de estos con el afijo “Basquaerie” importó también algunos ejemplares del afijo de Senac-Lagrange, que posteriormente no emplearía en la reproducción. Ya a mediados de los 70, otra criadora de Montañas del Pirineo, Linda Weisser, dueña del afijo “Euzkotar” y afincada en el Estado de Washington, importó de Francia algunos ejemplares del afijo “De lÈstaubé” y del afijo “De l’Orinclois”. Una década más tarde, la jovencísima Patricia Princehouse del afijo “La Brise”, igualmente especializada en la cría de Montañas del Pirineo, importó también varios ejemplares criados por Guy Mansencal. El primero de ellos fue la hembra de nombre “Yrrugne de l’Estaube” que ha vivido hasta los dieciocho años. El esfuerzo de esta mujer y su esposo y algunos otros aficionados que enseguida se sumaron a su gesta, hizo posible que en el año 1987 se fundara el “Pyrenean Shepherd Club of America”, que desde ese momento viene luchando por conservar el tipo original de la raza. Mientras en Estados Unidos todavía no se ha aceptado la raza oficialmente por parte del A.K.C., sí que se les permite ya participar desde principios de 2002 en competiciones oficiales de Agility, Tracking y Obediencia, lo que quizás sea un primero y muy positivo paso en pro del definitivo reconocimiento. “Pyr Shep” en Canadá: Donde sí ya está perfectamente reconocida la raza, desde el año 1992, es en el Canadian Kennel Club dado que a este país habían llegado los PdP siete años antes. Hasta 1995 había una sola criadora de la raza, Rachel Demaris y los pocos cachorros que se criaron en esos años fueron vendidos como “pets” a varias familias norteamericanas, por lo que la raza permaneció relativamente ignota. Pero las cosas habrían de cambiar desde el momento en que Susan Buttivant vio el primer PdP en una Exposición canina en Francia. Poco después importaba sus primeros ejemplares, procedentes de los Estados Unidos y criados por Patricia Princehouse y en 1998, adquirió nuevos ejemplares en Francia, criados por André y Agnès Audibert con el afijo “L’ Oustadou de Padel”. Susan Buttivant, del afijo “Chaparral” –que ha obtenido con sus ejemplras más de cincuenta títulos de Campeonato de Belleza y de Trabajo (Agility, Fly-Ball y Pastoreo)-- ha sido y es todavía hoy su mayor impulsora en el país; con diez ejemplares propios en el criadero, en estos años ha venido produciendo una o dos camadas anuales. La cifra de PdP en Canadá es todavía relativamente pequeña (unos 100 ejemplares repartidos por todo el país) pero a pesar de ello son una raza muy destacada en toda clase de competiciones de trabajo. Y no solo eso sino que desde 1996 los ejemplares de “Chaparral” vienen ganando sistemáticamente el “Number One Top Show Dog Award”, que concede el CKC, lo que está sirviendo para llamar la atención del público en general. En España en el periodo comprendido entre 1996 y 2001 solamente se han registrado en el Libro de Orígenes Español un total de 3 PdP de cara rasa y 15 de pelo largo; sin embargo su pariente cercano, el Gos d’Atura catalán registró en ese mismo periodo un total de 2.407 ejemplares.
(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |