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Regaliz de Castro-Castalia He aquí un problema que suele causar muchos sinsabores. Desgraciadamente hoy por hoy la torsión de estómago se cuenta entre una de las causas principales de muerte entre perros de talla grande y gigante y no podemos pasarlo por alto. Antes de seguir adelante, conviene que aunque sea someramente, sepamos qué es una torsión de estómago y por qué se produce. Veamos, pues. La torsión gástrica, también llamada volvulus o bloat, es una condicion muy grave e incluso, si no es diagnosticada y tratada a tiempo, demasiadas veces fatal, derivada de la acumulación de gases o de material espumosa semi-digerida en el estómago; acumulación ésta que produce la dilatación propiamente dicha, que causa presión sobre los organos vecinos y los vasos sanguíneos, interrumpiendo la circulación. El estómago del perro está ubicado de tal manera que parece una hamaca, suspendida y sujeta por dos ligamentos muy endebles; cuando se produce la dilatación por acumulación de gases, el estómago puede rotar parcial o totalmente sobre sí mismo, lo que significa que se obturan las vías de escape naturales para esos gases que no pueden ser pues expulsados y que, debido a la fermentación, se multiplican muy rápidamente. Todo ello acaba originando toda otra serie de fallor orgánicos en cadena, que llevan al estado de shock del animal e incluso a la muerte (15% de los casos terminan en el fallecimiento en pocas horas, mientras que hasta otro 60% de los animales afectados pueden fallecer durante la intervención quirúrgica o en los 2-3 días posteriores, como consecuencia de complicaciones de todo tipo y/o de la necrosis de ciertos órganos vitales). A la vista de todo lo anterior conviene conocer la sintomatología habitual, que normalmente pasa por una serie de manifestaciones típicas, aunque en el caso del Mastiff hay que hacer la salvedad de que por tratarse de animales muy resistentes al dolor, no siempre será fácil detectar prematuramente una posible torsión:
La torsión de estómago es una dolencia muy grave y constituye una verdadera emergencia, dado que de no ser diagnosticada y tratada inmediatamente, produce la muerte del animal. Muchos expertos empiezan a cuestionarse sobre si no existe una relación directa entre la dieta a base de piensos compuestos y el síndrome de torsión de estómago, pero mientras se espera a que los estudios llevados a cabo en varias Universidades estadounidenses arrojen sus conclusiones, bien merece la pena tener en cuenta algunos datos que ya conocemos. El primero de ellos es que efectivamente las razas de peso superior a 40 kilos son más propensas a padecer este grave problema y el Mastiff por lo tanto, se cuenta entre ellas. También sabemos que el riesgo, aunque omnipresente, parece aumentar significativamente en animales mayores de seis o siete años, apuntándose al hecho de que a partir de la etapa senescente se multiplican las complicaciones digestivas y ello quizás sea una de los factores decisivos en la aparición de una torsión. Sea como fuere, lo cierto es que hay una serie de medidas preventivas que deben tomarse como obligadas, desde el primer momento, para tratar de evitar problemas mayores:
Y algún que otro truquillo casero que contribuye a evitar la fermentación del alimento en el estómago y que yo utilizo a discreción en mi casa, con mis perros; la administración de yogures naturales no azucarados (1 al día), con Lactobacilos y Acidófilos que ayudan a regenerar y mantener en óptimas condiciones la flora estomacal e intestinal. Y que además contribuyen igualmente a preservar el sistema inmune del perro así alimentado.
(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |