Regaliz de Castro-Castalia

Durante el periodo de adaptación a su nuevo hogar, el cachorro necesita mucha tranquilidad y estímulos positivos; el Criador responsable hará entrega de toda la información necesaria, con antelación suficiente, para que el dueño  disponga en su casa de todo lo preciso para hacer la llegada lo menos traumática posible.

Es ideal que el animal disponga de un parque (no una jaula cerrada) de unos seis u ocho metros cuadrados, en una habitación de la casa que se corresponda con el lugar donde se haga gran parte de la vida, desde el que pueda asistir a todo l oque ocurre a su alrededor sin el riesgo lógico que correría si se le dejara a su libre albedrío mordisqueándolo todo, ensuciándolo todo, etc. Es importante que la superficie de este parque sea antideslizante y que dentro del mismo el animal disponga de una cama coda, amplia, indestructible y blanda en la que descansar, de una zona donde jugar y de un bebedero que no pueda derramar. Los juguetes y mordedores deberán estar disponibles solo cuando el propietario lo juzgue oportuno, nunca permanentemente pues como veremos, el hecho de que sea el dueño quien administre su disponibilidad es importante para crear un vinculo de dependencia y superioridad entre el perro y el dueño.

Si el propietario pasa muchas horas fuera de casa (aunque lo ideal sería tomarse quince días de vacaciones coincidiendo con la llegada a casa del cachorro, para ubicarse y enseñarle todo lo básico y educarle los esfínteres, etc.), entonces dentro de ese parque deberá contar con una zona recubierta de periódicos, alejada de la cama, donde pueda hacer sus necesidades; de lo contrario es mejor acostumbrarle a que lo pida y sacarlo fuera tantas veces como sea preciso a lo largo del día y de la noche para que aprenda cuanto antes.

Hay que tener muy claro, desde el primer día, dónde ubicar este parque y, salvo que se pretenda que el perro duerma en la cama del dueño (recordando que crecerá hasta los 100 kilos y ocupará lo mismo que un adulto grueso, como poco...) ese será el lugar donde deberá dormir desde la primera noche. No está de menos colocar cerca un reloj de tic-tac de los de antes y una radio que dejar sonando por la noche hasta que el animal se acostumbre a esa soledad impuesta que no es natural ni innata en ellos, pues son animales sociales que en condiciones normales eligen dormir amontonados unos sobre otros (eso explica que prefieran dormir a nuestro lado ¡si se les permite!).

Sería conveniente hacer coincidir la llegada a casa con las horas del crepúsculo y de su cena, aunque hay que tener presente que algunos serán más flemáticos que otros y aceptarán mejor o peor el cambio. Normalmente si se trata de un cachorro perfectamente socializado y con gran confianza en sí mismo, no llorará ni siquiera la primera noche, pero no siempre es fácil que así sea. Por eso no hay que sucumbir si lo hace, pues enseguida aprendería a chantajear a todos los miembros de la familia... son bebés, pero muy, pero que muy listos y ¡capaces de manipular al más pintado!

Cierto es que a más de uno se le partirá el corazón si lo oye llorar y gimotear, pero no hay que dejarse llevar por unas lagrimitas de cocodrilo... y de hecho es importante que desde el primer día el cachorro pase algunos periodos de tiempo sueltos a solas en su parque, de manera que se acostumbre a esa soledad, para evitar que en el futuro sea un animal excesivamente dependiente que pudiera desarrollar cuadros de ansiedad.

Es esencial respetar las instrucciones del Criador en cuanto a dieta, cantidades y horario al menos durante las primeras semanas y no cambiar el tipo de alimento como mínimo durante uno o dos meses, para no incrementar el estrés que supone el cambio de ambiente, de climatología, etc. que no haría más que complicar su adaptación.

Al cabo de cuatro o cinco días, cuando el animal ya se haya ubicado y familiarizado con el ambiente, convendrá llevarlo al Veterinario para hacerle un chequeo completo; en ese momento deberá llevarse toda su documentación para que el clínico la estudie y tome las acciones que juzgue pertinente.

(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito)