Castro-Castalia Bullmastiffs

El cuidado del cachorro, Castro-Castalia Bullmastiffs
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El cuidado del cachorro, Castro-Castalia Bullmastiffs

Si en meses anteriores nos hemos ocupado de describir el parto y sus posibles complicaciones, ha llegado el momento de saber cómo atender convenientemente a los cachorros recién nacidos durante sus primeras semanas de vida

A lo largo de estos meses hemos conocido todo lo relativo a los preparativos para criar una camada  y nos hemos familiarizado con el parto y sus posibles complicaciones. Ahora llega el momento de ocuparse de los cachorros recién nacidos y esta es una tarea hermosa, pero no exenta de complicaciones.

Ya dije en capítulos anteriores que desde hace muchas décadas, incluso siglos, la domesticación del perro ha traído como consecuencia el que éste dependa en mucho mayor medida del cuidado y la atención que le prodiguen sus dueños; que una parte importante de sus instintos más atávicos quedan reducidos a la mínima expresión precisamente por ello. Y de la misma manera que a la hora de comer no abrimos la cancela y les decimos a nuestros perros “¡hale, iros a cazar por ahí”, cuando decidimos que queremos criar una camada de cachorros, tanto si lo hacemos en plan amateur como profesional, tampoco podemos cerrar los ojos, mirar a otra parte y dejar que la madre y los pequeños se busquen la vida. Muy por el contrario, tenemos que ser responsables y consecuentes con nuestra elección y comprometernos de principio a fin para asegurarnos de que una y otros salgan adelante de la mejor manera posible.

Terminado el parto, será necesario llevar a la madre y a su prole a la Clínica Veterinaria para hacerles un chequeo completo; a ella, habrá que revisarle el aparato reproductor mediante palpación e incluso en algún caso con ecografía o radiografía, para confirmar que no haya retención de placentas y que se está produciendo la correcta involución del útero. En los pequeños habrá que comprobar que no haya ningún tipo de tara congénita aparente (ausencia de ano, paladar hendido, labio leporino, anasarca, hidrocefalia, escasa dilatación pulmonar, batido cardíaco irregular, síndrome del swimmer, etc).

Es importante tener en cuenta que la visita a la Clínica debe hacerse en horas de escasa o mejor nula actividad en la misma, para evitar que los neonatos entren aunque sea indirectamente en contacto con otros perros que pudieran estar enfermos. También es esencial que durante el tiempo que pasen fuera de su caja paridera y alejados de la madre, cuenten con una fuente de calor externa (botella de agua caliente, por ejemplo, envuelta en una toalla, colocada sobre el fondo del trasportín en el que vayan a ser trasladados) sobre la que reposar, para mantener su temperatura corporal constante.

Es este tema, el de la temperatura corporal, uno de los más importantes a tener presente. Ello porque durante las primeras semanas de vida los cachorros no son capaces de  generar calor por sí mismos y necesitan estar en contacto casi permanente con una fuente de calor para no llegar a padecer de una hipotermia, que resultaría mortal de necesidad si no es controlada a tiempo. Por eso es fundamental que pasen todo el tiempo posible con su madre, pero que incluso siendo así, en algún ángulo de la caja paridera se disponga una manta eléctrica (siempre envuelta en una toalla), que esté permanentemente enchufada a temperatura suave (igual a 38ºc). Los cachorros acudirán a ésa fuente de calor adicional de forma instintiva siempre que lo necesiten. Así por ejemplo si la madre se ausenta para comer o para salir a hacer sus necesidades, si los pequeños se desperdigan por el habitáculo o si la temperatura ambiental baja abruptamente.

Resulta igual de importante chequear el peso de los neonatos al menos una vez al día, incluso dos si algún individuo parece más debilitado, durante la primera semana (ver capítulos anteriores), pues el hecho de que ganen unos gramos diarios nos sirve para confirmar que la calidad de la leche materna sea la adecuada y su ingesta suficiente. Cuando el peso se estabilice o baje aunque sea minimamente hay que sospechar que existe un problema y averiguar la causa evitando así perder a uno o más cachorros por falta de previsión y atención. En muchas ocasiones bastará con suplementar la dieta de la madre para incrementar la producción de leche, en otras habrá de administrarle medicación específica y todavía otras veces se hará necesario recurrir al empleo de biberones de leche maternizada especial para cachorros, sea esporádicamente (una o dos tomas diarias) o permanentemente (todas las tomas diarias, que durante la primera semana deberán ser entre ocho y diez, durante la segunda entre seis y ocho y durante la tercera semana entre cuatro y seis).

Extremar la limpieza de la caja paridera es esencial para que el entorno en el que se desarrollen los bebes esté libre de bacterias nocivas por lo que merece la pena cambiar con frecuencia (tres o cuatro veces al día) el material con que se haya recubierto el fondo de la misma (empapadores clínicos, mantas de muletón, etc.).

No olvidemos que durante la primera etapa neonatal los cachorros no controlan esfínteres y necesitan del estimulo materno (mediante lametazos en la zona urogenital) para producir heces y orina. En el caso de que la perra no muestre suficiente instinto materno, se hará necesario sustituirla en esta tarea varias veces al día para que los cachorros eliminen suficientemente. Cuando así se haga preciso, bastará con tomar a cada cachorro en brazos, boca arriba, y realizar pequeños movimientos en círculo sobre los genitales y la zona perianal, con un trozo de algodón suave (o toallita Dodot), humedecido en agua tibia, hasta que se produzca la micción y defecación, limpiándolos luego perfectamente con una esponjita también húmeda y sacándolos luego con una toalla suave.

En el caso de la madre, es importante que tras el parto, se la asee convenientemente (en razas de pelo largo se recomienda incluso el baño) para eliminar toda clase de residuos (sangre, líquidos placentarios y amnióticos)  y que esta pauta se mantenga durante los días siguientes mientras dure el puerperio. Asimismo resulta importante hacer un control regular de su temperatura corporal (cada ocho horas) durante las siguientes tres semanas, teniendo en cuenta que ésta no debe estar ni por debajo de  37,5ºC ni por encima de 39,5ºC. En ocasiones, sobretodo si el manejo que se ha hecho de la hembra durante el parto ha sido poco aséptico, puede ser incluso recomendable administrar un antibiótico de amplio espectro para evitar complicaciones de índole infecciosa.

Un detalle importante para crear en los pequeños cachorros el imprescindible vínculo con el ser humano es que se les empiece a manipular (acariciar espalda y zona ventral con suavidad varias veces al día,  y acercar su morrito a la boca y nariz del manipulador para echarles el aliento) desde el primer día; ello significará un imprinting óptimo con el Hombre.

Un dato a tener en cuenta es que durante la primera etapa neonatal, es decir las tres-cuatro primeras semanas de vida de los cachorros, se estima que pueden fallecer entre el 12 y el 33% de los cachorros por distintos motivos; y que estos se asocian mayoritariamente con la malnutrición y la falta de higiene en la paridera (30%), aparición de cuadros infecciosos tanto si son de origen bacteriano, como producidos por herpes-virus canino u otros y complicaciones post-parto que dan origen a la aparición de eclampsias y agalactias  (30%),  accidentes del tipo de aplastamientos, hipotermias, etc. (25%) y rechazo materno, canibalismo, etc. (15%).  Claro que si sumamos las tres primeras causas de muerte, tenemos que en el 85% de los casos, esas pérdidas podrían evitarse a poco que fuéramos más cuidadosos los criadores y que sólo el 15% es imputable a la falta de cuidado y atención por parte de la madre de la camada.

Tampoco resulta baladí resaltar aquí que los cachorros de perro nacen en condiciones de gran inmadurez y que sólo varias semanas después empezarán a desarrollar su capacidad visual y auditiva y comenzarán a ser medianamente autónomos e independientes como para valerse por sí mismos.

LAS FUNCIONES VITALES EN EL NEONATO

Temperatura corporal

0-14 días 

15-28 día

más de 29 días

entre 34,5ºC y 37,2ºC

entre 36,1ºC y 37,7ºC

38,6ºC ( valores similares a los del animal adulto.)

Ritmo respiratorio

Al nacer

7 a 35 días 

Más de 35 días

12 inspiraciones/minuto

20/30 insp./min.

15/30 insp/min.( valores similares a los del animal adulto.)

Ritmo cardíaco

Al nacer

7 a 35 días

Más de 35 días

hasta 130 pulsaciones/minuto

hasta 200 puls/min.

70 a 130 puls/min ( valores similares a los del animal adulto.)

Requisito de aportes líquidos

De 60 a 90 ml por kilo de peso corporal

Requisitos calóricos

De 60 a 70 kcal/día por kilo de peso corporal

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(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito)

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