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Hemos hecho una serie de reflexiones
sobre la idoneidad de hacer criar o no a la perra,
sobre los riesgos que esta decisión entraña y
vimos además qué es lo que hay que propiciar y evitar
para asegurarnos una gestación sin sobresaltos. Conoceremos un poco más a fondo
cómo transcurre el embarazo,
desde el momento mismo de la concepción
hasta el día del parto;
un total de entre 58 y 63 días de evolución
y cambios permanentes, tanto físicos como psicológicos,
en la hembra, que se irán haciendo más visibles
según transcurran las semanas. Veremos cómo preparar todo lo necesario
para que no haya sorpresas de última hora. Pongámonos pues, ¡manos a la obra!
Las nuevas tecnologías permiten confirmar la gestación con toda seguridad a partir del día 23-24 de realizada la primera monta, mediante estudio ecográfico, facilitando el recuento del número aproximado de fetos y, a través de la medición de los mismos y de la media arrojada, permitiendo calcular incluso la fecha estimada para el parto. Esta es una herramienta muy útil para todo propietario responsable que quiera hacer las cosas bien desde el principio. Se trata de un procedimiento indoloro, rápido y de resultado inmediato, pero para mayor garantía es importante que la persona que maneje el aparato ecógrafo esté perfectamente cualificada para hacer una adecuada lectura de las imágenes que éste arroja, dado que sólo así se obtendrá una información realmente útil y fehaciente. Cabe decir que aún cuando en apariencia, durante las primeras tres semanas de gestación, no hay signos evidentes de embarazo, la futura mamá está sufriendo una serie de cambios hormonales paralelos al desarrollo de los pequeños embriones que se gestan en su interior. Es esencial que tanto en esta primera etapa, cuando podrían producirse una serie de malformaciones en los futuros cachorros derivadas de un inadecuado manejo de la gestante, como en las semanas siguientes, a la perra se la atienda convenientemente, proveyéndola del máximo confort, de una adecuada higiene y de una alimentación sana y completa para que luego no tenga que haber ni sobresaltos ni lamentaciones. No es cuestión de meterla en una urna de cristal de la que no haya de salir hasta que los cachorros tengan diez o doce semanas de vida y estén listos para ir a sus nuevos hogares, ni mucho menos; tampoco es cuestión de engordarla por aquello de que haya de comer por catorce… ¡nada de eso! La cuestión es que la futura mamá tendrá que ser objeto de ciertas regalías, evitando todo tipo de condiciones extremas y propiciando ciertos “placeres” como por ejemplo paseos regulares, amenos, divertidos y variados, alimentación de calidad (que no significa en cantidad), extremando además su aseo pues de todo ello y de una correcta desparasitación, dependerá en buena medida el mejor transcurso del parto en sí y luego el adecuado desarrollo de los bebes y la correcta recuperación de la madre. Pero veamos un poco cómo transcurre el embarazo y de qué “cambios” estamos hablando; la fecundación se produce en el momento mismo en que los espermatozoides se encuentran con ovocitos fértiles; a los cuatro días de que cada óvulo haya sido fecundado comienza la multiplicación celular y es a los ocho días cuando cada futuro embrión ya cuenta con ocho células y tiene el aspecto de una mora, de ahí que se le llame “mórula”. Las mórulas se instalan en el útero a las 24 horas y una semana más tarde, se forman unos blastocitos que flotan aún libremente por el útero. Tres días más tarde comienza a desarrollarse la placenta de cada futuro embrión. Veinte días después de la fecundación, ya podemos hablar de embriones propiamente dichos, que se adhieren a las paredes de los cuernos uterinos; desde ese momento en adelante comienza un desarrollo si cabe aún más veloz de cada futuro individuo. El sistema nervioso está ya casi perfectamente formado y en unos pocos días más, a las cuatro semanas, cada embrión tiene ya un tamaño de entre 14 y 18 mm. De ahí que entre los días 23 y 24 en adelante sea factible visualizar a los futuros cachorros a través de la ecografía sin demasiadas dificultades. A día 32º de gestación ya podemos hablar claramente de que los embriones se han convertido en fetos, con todas las características propias de uno y otro sexo, si bien, por su pequeño tamaño no resulte posible identificar en el estudio ecográfico cuántos serán machos y cuántos, hembras. Es a partir del día 40 o 42, cuando --en el caso de hembras gestantes de talla pequeña, mediana o grande--, se puede comenzar a notar el abultamiento del vientre; no así en hembras de talla gigante, que por mayor volumen abdominal hacen muy difícil tal apreciación, si bien la mano experta podrá constatar que toda la zona ventral está más tersa, más dura. Sin embargo sí hay otros datos que pueden apreciarse a simple vista incluso antes de esta fecha; por una parte, las mamas habrán adquirido un color más rosado y mayor consistencia y, de otra, es probable que el propietario atento haya constatado que hacia día 26 o 27 la perra haya comenzado a soltar un flujo vaginal, de forma esporádica, transparente pero suficientemente denso como para hacerse notar, bien al orinar o sencillamente tras realizar ejercicio o al levantarse después de dormir. A partir del día 45º de embarazo, el crecimiento de los fetos es ya muy rápido, pues quedan apenas dos semanas para su nacimiento y si hasta ese momento no han sido más que unos “bichitos” de dos o tres centímetros de tamaño, hora a hora, irán convirtiéndose en lo que luego serán unos neonatos que podrán pesar tan poco como 90 gramos o tanto como 700 o más gramos, dependiendo de la raza a la que pertenezcan… Este es un buen momento para realizar, si se estima oportuno, una segunda ecografía que confirme a través de las mediciones que se hagan, la fecha estimada de parto y la viabilidad de todos los fetos que se identifiquen. A los 51 o 52 días de producirse la fecundación, los fetos ya presentan toda su estructura ósea perfectamente calcificada, por lo que a partir de ese momento se puede ya realizar una radiografía abdominal (yo aconsejo que se haga a día 56-57 contado desde la primera monta), para comprobar el número de esqueletos visibles y su colocación y poder así tener una idea aproximada de su tamaño y de la dificultad que entrañará la expulsión de unos y otros dependiendo justamente de cómo estén colocados y dónde. Independientemente de los cambios físicos más o menos aparentes que ya he reseñado, hay otros relacionados con el comportamiento. Es probable que desde el principio, el propietario observador note como su perra se muestra más “ñoña”, más cariñosa, más receptiva también de su cariño y atención, más “dependiente” de sus amos, como si buscara apoyo y comprensión. Este suele ser un claro indicio de los cambios hormonales que se están produciendo, como luego lo será que llegando el momento del parto, la perra busque con ahínco la compañía de los dueños y ande escarbando aquí y allá o procurándose un sitio dónde albergar a su prole. Será este el momento, en torno a día 56 de gestación, de introducirla a sus nuevos “aposentos” y a la caja paridera en la que se va a desarrollar gran parte de la “acción” y dónde pasará las siguientes semanas ocupándose de su prole cada una de las 24 horas de cada uno de los días que compondrán las siguientes cinco o seis semanas, hasta el momento del destete. Pero no anticipemos acontecimientos… Ahora lo importante es ocuparse bien de la futura mamá, proveerla de todo lo necesario para asegurar su calidad de vida, su óptimo estado de salud y su seguridad y disponer de aquellos utensilios, enseres y medicamentes que eviten las prisas de última hora y hagan el momento del parto más llevadero. MEDIDAS DE LA CAJA PARIDERA
Sería conveniente, además, instalar en los cuatro laterales internos de la caja paridera, unos raíles colocados a media altura, para evitar que la hembra, al pegarse a las paredes de la misma, pueda aplastar a alguno de sus bebes. LO INDISPENSABLE
Para poder comprender mejor la secuencia de la gestación, lo primero con lo que hemos de familiarizarnos es con las distintas fases del desarrollo de los embriones y de los fetosCALENDARIO DE LA GESTACIÓN
LA HEMBRA GESTANTE A la vista de lo anterior ya podemos comprender por qué mucho antes de que se constaten los primeros cambios físicos en la hembra pueden existir ciertos indicios de que la perra está embarazada, que suelen traducirse en modificaciones del comportamiento y otros físicos CAMBIOS EN LA HEMBRA GESTANTE
MÉTODOS DIAGNÓSTICOSSin embargo no es menos cierto que en ocasiones una seudogestación (embarazo psicológico) produce una sintomatología casi idéntica a la que se observa en la perra preñada y ello porque los cambios hormonales que tienen lugar en hembras fecundadas y no fecundadas son idénticos; por ello es importante para mayor seguridad procurar realizar un diagnóstico precoz del embarazo. Hoy en día en los EE .UU. ya están disponibles unos kits y es de esperar que muy pronto lleguen a nuestro país, dado que resultan sumamente cómodos pues basta extraer unas gotas de sangre para medir la relaxina (liberada por las placentas) presente en el plasma y confirmar así si la perra está o no preñada a los 18-21 días, pero en tanto esta sencilla técnica diagnóstica llega a nuestro país, tendremos que contentarnos con métodos más convencionales. MÉTODOS DE CONFIRMACIÓN DE LA GESTACIÓN
EL CUIDADO DE LA PERRA PREÑADABien es verdad que durante los dos primeros tercios de la gestación, será difícil confirmar que esta se haya producido, no lo es menos que por si acaso conviene tomar una serie de medias precautorias que eviten que un mal manejo de la gestante dé al traste con el embarazo y la futura camada. CUIDADOS ESPECÍFICOS DURANTE LA GESTACIÓN
CALCULANDO LA FECHA DEL PARTO En cuanto a la duración de la gestación, lo cierto es no podemos sino establecer un calendario aproximado para el parto, teniendo siempre presente que la fecundación de los óvulos no se produce necesariamente en el momento mismo de la cópula y que pueden transcurrir incluso varios días (tantos como siete) desde la monta hasta la fertilización de los ovocitos. La razón es simple; el útero es un espacio estanco, húmedo y cálido, condiciones estas que aseguran la pervivencia de los espermatozoides más resistentes varios días. Eso explica que tantas veces se produzca una disparidad enorme entre la fecha de la cubrición y la fecha del parto y que algunos embarazos parezcan durar eternamente (incluso hasta 64 o 70 días). Otras razones que explican una mayor o menor duración de una gestación son el hecho de que se trate de una perra primeriza o experimentada, de una hembra de talla gigante, mediana o pequeña, del propio tamaño de la camada (camadas con mayor número de cachorros suelen nacer antes que aquellas otras de uno o dos o tres individuos y ello porque siendo más cortas no producen cortisol en cantidad suficiente para desencadenar los mecanismos naturales del parto, etc.) y las propias condiciones medioambientales, de estrés, de nutrición, etc. Un estudio publicado en el American Journal of Veterinary Research, Vol 35, no. 3, en el año 1974, por el que se hizo un seguimiento sobre 74 hembras de Beagle, tomando como referencia para calcular el tiempo de gestación el día de la primera monta, arrojan diferencias muy considerables, atribuibles al hecho de que la fertilización de los óvulos no siempre tiene lugar en el momento de la cópula como ya he dicho antes. DURACIÓN DE LA GESTACIÓNHORMONAS QUE INDUCEN EL PARTO Durante años se ha pensado que era la hembra quien decidía cuando debía parir; hoy se sabe, sin embargo, que son los cachorros quienes, por decirlo así, tienen la última palabra. De hecho tiene que haber una elevación sustancial en las cantidades de cortisol (hormona principal segregara por la corteza suprarrenal de los fetos) para que este de comienzo. Esta elevación del cortisol hace que unas 24 horas antes del parto, los niveles de progesterona (la hormona femenina que, segregada por los ovarios, prepara el útero para la gestación) bajen súbitamente (y no hay que olvidar que es precisamente la progesterona la hormona que permite mantener la continuidad de la gestación desde el momento de la fecundación en adelante; de hecho precisamente una carencia en el nivel de esta hormona explica ciertos cuadros de esterilidad, como también explica que si desciende repentinamente durante el embarazo se produzca un aborto). Al propio tiempo y paralelamente a este alza en el cortisol y a la bajada de progesterona, se produce también un relativo aumento en los niveles de estradiol (estrógeno producido por los folículos ováricos de la hembra) si bien no es tan marcado como en otros mamíferos. Coincidiendo con estos importantes cambios hormonales, necesarios para desencadenar el parto, se produce también una significativa bajada en la temperatura corporal y explica por qué los Criadores experimentados suelan confiar en un sencillo método para calcular la hora aproximada a la que deberá comenzar el parto. Método que no consiste ni más ni menos que en realizar lecturas sucesivas de la temperatura corporal de la perra, cada tres horas, a partir del día 58º contados desde el intermedio entre las dos primeras montas. Es algo engorroso pero sumamente eficaz y a mi personalmente me ha servido para determinar con absoluta seguridad la fecha y hora en la que cada una de mis perras habría de parir, sin lugar a error e incluso en una ocasión sirvió para anticiparme a una rotura de útero y a la consecuente pérdida de toda la camada, si no hubiera intervenido a tiempo y decidido optar por una cesárea. Pues bien, cuando se produzcan tres lecturas consecutivas –lo repito porque es muy importante— en las que la temperatura se mantenga igual o por debajo de 37,5-37º C, podemos estar seguros de que el parto comenzará en las 24 horas posteriores, contadas siempre a partir de la primera de esas tres lecturas. Si llegara el caso de que la temperatura continuara baja (manteniéndose incluso igual o inferior a 36,8º C durante otras 12-24 horas) cabe entonces sospechar que existe un problema serio que quizás redunde en la imposibilidad de que la perra pueda parir espontáneamente por lo que conviene consultar con el Veterinario sin más dilación y optar por tomar las medidas oportunas. SÍNTOMAS DE LA INMINENCIA DEL PARTO Además de la bajada de temperatura, hay otros síntomas evidentes de que la perra se está preparando para el parto que conviene tener presentes SINTOMAS DE QUE LA PERRA ESTÁ DE PARTO
(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |