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Problemas de salud de una Hembra post-parto, quiero hacer criar a mi perra, Castro-Castalia Bullmastiffs
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Problemas de salud de una Hembra post-parto, quiero hacer criar a mi perra, Castro-Castalia Bullmastiffs

Problemas de salud de una Hembra post-parto, quiero hacer criar a mi perra, Castro-Castalia Bullmastiffs

MUCHOS SON LOS FACTORES QUE PUEDEN DESENCADENAR PROBLEMAS DE MÁS O MENOS GRAVEDAD, EN LA HEMBRA RECIÉN PARIDA.
DESDE UNA BAJADA DE CALCIO EN SANGRE, EN PERRAS DE PEQUEÑO TAMAÑO, HASTA UNA ENDOMETRITIS POSTPARTO, EN AQUELLAS CUYO MANEJO DURANTE EL PARTO HAYA PODIDO SER, DIGÁMOSLO ASÍ, “SUCIO”, O QUE HAYAN PODIDO RETENER MATERIAL FETAL DE CUALQUIER TIPO, PASANDO POR LA  AGALACTIA O AUSENCIA DE LECHE, UNA MASTITIS PRODUCIDA POR ESTAFILOCOCOS, Y TANTOS OTROS, EL CASO ES QUE CONVIENE ESTAR ALERTA Y SER CAPAZ DE RECONOCER LOS SÍNTOMAS, SI QUEREMOS EVITAR MALES MAYORES.

Ninguna hembra está exenta de poder padecer algún revés de salud en los días y semanas que siguen al parto; incluso si se han extremado al máximo las condiciones de higiene y desinfección en el manejo del animal y en el habitáculo donde ha parido y está criando a su prole.

Entre los problemas más comunes se encuentran la agalactia, la eclampsia, la endometritis aguda, la mastitis, la  retención de placentas y la subinvolución placentaria, todos los cuales afectan directamente a la salud de la madre y pueden tener consecuencias también muy serias para la de los recién nacidos; pero a estos se han de sumar también otros igualmente importantes como son el infanticidio y también el rechazo de los neonatos o el rechazo de la ayuda y atención por parte del Criador.

Dada la importancia del tema, me ha parecido importante abordar en este capítulo las enfermedades propiamente dichas y dar a conocer sus síntomas y posibles tratamientos y dejar para el mes que viene todo lo que tiene que ver con las reacciones de rechazo en sí mismas; será entonces cuando averigüemos qué factores pueden desencadenar en la hembra la necesidad de destruirlos o, cuanto menos, de rechazar criarlos normalmente.

AGALACTIA

La agalactia o agalaxia, toma su nombre del griego galaktos (privación de leche) y, como su propio nombre indica, consiste en la falta o disminución anormal de la secreción láctea después del parto. Sus causas son diversas pero suele estar ocasionada por una disfunción hormonal (escasa producción de la hormona oxitocina). En ocasiones se observa este problema en perras que apenas han gestado y dado a luz  uno o dos cachorros; en estos casos es frecuente tener, incluso, que optar por realizar una operación cesárea por cuanto al venir tan pocos fetos, las hormonas que habrían de desencadenar el parto no se segregan en cantidad suficiente y por lo tanto no hay el necesario estimulo que produzca las contracciones de expulsión. Generalmente suele ser suficiente con administrar  a la perra una mono dosis  (sublingual  y al menos quince minutos antes o después de una comida ) de Urtica Urens 30x , en glóbulos, para estimular la producción de leche. Otras veces el veterinario optará por recetar la administración de hormona pituitaria en forma de inyecciones.

La agalactia puede estar también producida por condiciones extremas de estrés, en perras que están hiper excitadas por el propio parto, porque se encuentran a disgusto en el lugar que se ha habilitado para que este tenga lugar, porque han tenido que ser intervenidas quirúrgicamente y ello no ha dado lugar a que se desencadene normalmente la producción hormonal que es propia de un parto natural, etc.

Cualquiera que sea la causa, una vez diagnosticada y tratada suele remitir en pocas horas y es fácilmente constatable por cuanto observaremos que los cachorros, al no encontrar leche en las mamas, protestan escandalosamente y no se hidratan correctamente. Por eso resulta esencial no solo observar cuidadosamente a la madre, sino a los pequeños, pesándolos además frecuentemente (cada 12 horas desde que nacen durante los dos-tres primeros días, luego cada dos días hasta finalizar la primera semana y posteriormente una o dos veces en semana para comprobar que vayan ganando peso paulatinamente). No olvidemos que un cachorro que no mama lo necesario puede ver seriamente comprometido su desarrollo y lo que es peor, en las primeras horas y días, si no se rehidrata constantemente puede llegar a morir.

ECLAMPSIA

He aquí otra enfermedad que toma su nombre del griego eklampsis, que significa “súbito resplandor”, un nombre que por otra parte es muy descriptivo de la sintomatología en el animal. ¿Por qué? Pues porque la perra que sufre este cuadro padecerá una especie de convulsiones persistentes y muy aparatosas (de ahí lo del resplandor). El animal saliva profusamente, respira de forma muy rápida, se muestra especialmente excitado y gime escandalosamente en primera instancia; posteriormente se tambalea cuando intenta ponerse de pie y finalmente  los miembros se vuelven rígidos, mientras continúan las convulsiones cada vez más fuertes. Es también frecuente que aparezca una rigidez característica de las facciones, dejando los dientes a la vista y que los ojos del animal se vuelvan vidriosos.

La eclampsia es una enfermedad muy grave que, de no ser diagnosticada y tratada inmediatamente puede causar la muerte en pocos minutos y que no es exclusiva de las perras dado que también afecta a las mujeres de forma muy similar. En el caso que nos ocupa, en las perras, este desorden se produce casi  siempre después del parto (aunque en ocasiones puede aparecer durante el parto, si este se prolonga en el tiempo) y durante la fase de lactancia y puede tener lugar inmediatamente después de éste o incluso hasta tres –a veces seis-- semanas después de que haya tenido lugar.

Las causas que la desencadenan, aunque todavía no explicadas del todo, parecen estar relacionadas con un funcionamiento deficiente de glándula  paratiroidea y por ende una producción también deficiente de la hormona paratiroidea, que es la que induce el correcto metabolismo del calcio en el organismo.  Todavía hoy es tristemente frecuente que algunas personas intenten corregir o evitar esta deficiencia, mediante la administración de sendas cantidades de calcio a la perra, durante el embarazo; esto que parecería lógico, es sin embargo un contrasentido y puede de hecho tener un efecto muy contraproducente, incrementando el riesgo de que la eclampsia se produzca.

Lo que sí sabemos ya es que las razas pequeñas suelen ser especialmente dadas a padecer esta enfermedad, que en muchas ocasiones es recurrente (es decir, ocurre tras cada nuevo parto) y que existe un importante componente hereditario lo que explica que unas familias sean más propensas que otras. Esto precisamente es lo que justificaría que se apartaran de la cría y se esterilizaran a aquellas perras que hubieran padecido de eclampsia  tras el parto.

El   tratamiento debe realizarse con urgencia, diagnosticando primero cual es el nivel de calcio en sangre y administrando luego de forma intravenosa o subcutánea, dependiendo de la gravedad del cuadro, una solución de gluconato de calcio. La supervisión veterinaria es indispensable pues una dosis elevada o administrada demasiado rápidamente en vena puede derivar en paro cardíaco.

ENDOMETRITIS AGUDA

La endometritis, como su nombre indica, implica la inflamación/infección del endometrio o útero. Las causas pueden ser dos; casi siempre se relaciona con la  retención de material fetal, placentas o, en algunos casos, algún cachorro muerto y/o momificado. Por eso es tan importante que en las 24 horas posteriores al parto el Veterinario realice un chequeo completo de la parturienta mediante palpación y en su caso, complementado con una ecografía o una radiografía. Tanto como lo es también, que la persono que atiende el parto se asegure de que la perra expulsa todas las placentas.

La otra causa que la produce es el manejo inadecuado de la hembra durante el parto, cuando se la manipula genitalmente con las manos sucias y sin desinfectar o cuando entra en contacto con material quirúrgico sin esterilizar.

Si bien es habitual que la hembra recién parida tenga descargas vaginales más o menos sanguinolentas (en los dos primeros días suelen ser de color muy oscuro y abundantes, para luego empezar a ser de color más claro pero siempre con un olor agridulce característico), hay que sospechar que algo no anda bien cuando la consistencia de la descarga es espesa y de color rojo vivo o amarillento, con el característico olor del pus.

Otros síntomas frecuentes pasan por la inadecuada (escasa) producción de leche –que puede volverse tóxica, cuando la infección está muy avanzada--, el aletargamiento del animal (y de los cachorros), los vómitos, las diarreas y la falta de apetito.

Es importante que se controle la temperatura de la perra dos o tres veces al día durante las tres primeras semanas; si en cualquier momento esta es igual o supera los 39,2-39,4ºC, hay que sospechar que existe una infección y actuar en consecuencia.

Una practica habitual para evitar la retención de material fetal en la hembra recién parida, pasa por la administración de una inyección de oxitocina una vez haya finalizado el parto y luego por la administración por boca de un medicamento que se emplea en la medicina humana, cuyo principio activo es el  Metilergometrina maleato, cada ocho horas y durante tanto tiempo como duren las descargas vaginales post-parto.

MASTITIS

La  mastitis o mamitis, como su nombre indica, es la inflamación de las mamas y suele ser consecuencia de una infección por estafilococos, aunque en otras ocasiones puede ser el resultado de la obstrucción de los conductos mamarios, especialmente cuando la camada es pequeña y los cachorros no hacen uso, pues, de todas las mamas para alimentarse o cuando, por cualquier motivo, se ha de interrumpir la lactancia de forma tajante.

Dependiendo del caso, pueden verse afectadas una o más glándulas mamarias y estas aparecen muy enrojecidas, calientes y extraordinariamente sensibles al tacto. Ocasionalmente puede producirse incluso un absceso, para dar salida al cúmulo de pus. Suele ser habitual que la hembra afectada tenga vómitos, escaso apetito, se muestre especialmente apática e incluso rechace a sus cachorros, precisamente porque la succión le produce mucho dolor.

El tratamiento pasa por apartar a los cachorros de la madre (dado que la leche puede ser tóxica) cuando se sospeche que la infección está producida por estafilococos y alimentarlos con leche maternizada; sin embargo cuando apenas se vea comprometida una mama o quizás dos, puede ser suficiente con tratar localmente la zona con un antiséptico suave, administrar un antibiótico específico por boca y aplicar fomentos; como es lógico se evitará que los cachorros puedan tener acceso a las mamas afectadas, cubriéndolas con un apósito.

RETENCION DE PLACENTAS

Ya hemos visto antes que en ocasiones la hembra no expulsa todas las placentas en el momento del parto y hemos comentado la importancia de que en las 24 posteriores a este, se realice un completo chequeo precisamente para constatar que no hayan quedado retenidos restos fetales significativos en el útero.

El caso es que en las horas inmediatamente anteriores a la expulsión de los fetos, las placentas se despegan de la pared uterina a la que han estado fuertemente ancladas durante semanas, y unidas al cachorro por el cordón umbilical empiezan el recorrido por el canal. Toda vez que el cachorro es expulsado por la vulva, la perra procede a cortar el cordón, abrir la bolsa, comerse la placenta y estimular al pequeño para que respire mediante fuertes lametazos. Pero a veces ocurre que algunas placentas se desprenden antes de tiempo y no alcanzan el exterior. Tanto como que otras veces dos cachorros gemelos comparten una misma placenta... lo que da lugar al miedo que siempre tenemos los criadores cuando contamos cachorros y nos faltan placentas!

Los síntomas de que efectivamente hay una retención placentaria son idénticos a los que aparecen cuando se produce una endometritis, --y de hecho es precisamente esta una de las causas de que aparezca la infección de útero--, como lo es también el tratamiento preventivo.

SUBINVOLUCIÓN PLACENTARIA

La subinvolución placentaria ocurre cuando, por razones que todavía no conocemos, los huecos en los que han estado adheridas las placentas no se cierran correctamente, por explicarlo con un lenguaje fácilmente comprensible.  Se produce entonces una hemorragia continuada (sangre fresca, de brillante color rojo)  que, en ocasiones puede durar incluso hasta el siguiente celo.  Y si bien se han intentado distintos tratamientos (mediante la administración de oxitocina o ergonovina, para tratar de inducir la contracción del tejido muscular del útero) lo cierto es que se han mostrado casi siempre inútiles.

Sin embargo esta subinvolución no suele interferir de manera alguna en el ciclo estral de la perra, por lo que presentará el siguiente celo cuando corresponda; no obstante, en los casos más severos –es decir aquellos en los que el sangrado se prolonga hasta el nuevo estro—es aconsejable no volver a cruzar a la hembra afectada e incluso pensar en su posible esterilización.

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(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito)

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