Castro-Castalia Bullmastiffs

EL Viaje en Coche, Castro-Castalia Bullmastiffs
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EL Viaje en Coche, Castro-Castalia Bullmastiffs

Una de las grandes preocupaciones de todo propietario responsable es conseguir acostumbrar a su perro a viajar en coche sin sobresaltos, y no siempre resulta fácil que así sea, algunos animales son muy propensos a marearse; otros aúllan sin parar desde que entran hasta que salen del coche, o babean o no paran quietos ni un momento. Y en suma, acaban consiguiendo con su actitud, poner nerviosos a todos los pasajeros. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Aquí encontraremos unas cuántas claves.

No todas las personas ni todos los perros reaccionan de la misma manera cuando viajan en coche; los hay que no se inmutan y no sufren lo más mínimo y otros, por el contrario, se ven afectados de mareos en mayor o menor grado que, en ocasiones, acaban por ocasionar un verdadero problema e incluso el rechazo a volver a subirse a un automóvil, con lo que ello significa de desagradable tanto para el desesperado propietario como para el pobre animal.

En ocasiones puede ser suficiente con administrar al perro propenso a marearse algún tipo de medicación específica para evitarlo, pero esto no debe hacerse nunca a la ligera y menos aún sin contar con la necesaria prescripción facultativa, dado que la composición de estos productos puede tener efectos secundarios en según que casos y en especial en perros delicados.

Otras veces, las más, bastaría con acostumbrar al perro a viajar el coche; tan sencillo como eso. E incluso si en ocasiones anteriores se ha mareado, con un poco de paciencia quitarle ese vicio; eso que a veces no es más que un acto puramente reflejo, un hábito. Sí, un hábito. Por extraño que parezca.

El caso es que lo ideal sería que cada cachorro, desde edad bien temprana sea acostumbrado a ir en coche y sería importante que el Criador se tomara la molestia de invertir algo de su tiempo en ese cometido. Más aún, antes incluso de meter a todos los miembros de cada nueva camada en un coche y pasearlos por ahí, sería muy adecuado que invirtiera unos cinco o diez minutos de cada día en habituarles al movimiento, para lo cual bastaría con meterlos a todos en un capacho, por ejemplo, y hacerlo oscilar de lado a lado cual si de un columpio se tratara. Una actividad tan sencilla como esta es suficiente para ir habituando a los pequeños a movimientos de oscilación que luego servirán para que la moción en el coche les resulte mucho menos ajena.

Posteriormente ya con sus nuevos dueños, a partir de las ocho, diez semanas  o mejor aún doce semanas (entendiendo que es sólo entonces cuando cada nuevo cachorro es entregado a su propietario y no antes), sería ideal que éstos se tomaran la molestia de montar al cachorro en el coche frecuentemente (una vez al día) incluso si no se ha de ir necesariamente a ninguna parte. Pero cualquier excusa debe ser buena para hacerlo, aunque se trate de trayectos cortos, muy cortos. De lo que se trata es de que el cachorrillo se familiarice con el ruido del motor y con el traqueteo de la carretera. Para hacerlo en las mejores condiciones posibles y evitar el mareo, lo ideal es que el animal no tenga el estómago lleno y la última ingesta de comida se haya producido como mínimo tres o cuatro horas antes y, además, previamente a introducirlo en el coche para el paseo, haya tenido ocasión de vaciar vejiga e intestino.

Otro punto importante a considerar es asegurarse de que durante estos cortos trayectos el cachorro no vaya completamente suelto ni completamente sólo en el asiento o en el maletero. Es preferible que los primeros días, sobretodo, vaya acompañado por un adulto que le de confianza y le aliente y aunque sea disimuladamente, le sujete un poco para que no pegue bandazos de acá para allá en cada curva o se sobresalte con un frenazo. Jugar con él, entretenerle, es también una buena forma de hacer que ese viaje sea lo más placentero posible, e incluso ofrecerle algún tipo de mordedor con el que vaya muy entretenido durante ese rato. El objetivo es que el animal se confíe, se divierta, se sienta seguro y no sienta aprehensión ni tensión y mucho menos miedo. Poco a poco, según vayan transcurriendo los días, se irá aumentando el tiempo de viaje y se le irá dejando sólo hasta conseguir que viaje en el maletero completamente relajado.

Claro que si no se han tomado todas estas precauciones iniciales y el perro ya ha desarrollado malos hábitos, ya siente aprehensión, ya ha desarrollado miedo y ya manifiesta la angustia en forma de mareos y vómitos, no hay que tirar la toalla ni dar todo por perdido. Todavía no. Ese es el momento de tomar otras acciones para contrarrestar ese mal hábito, ese vicio.

DECÁLOGO PARA ACOSTUMBRAR AL PERRO AL COCHE

  1. Se comenzará acostumbrado al cachorro a estar en el coche con el motor en marcha, pero sin iniciar esta;
  2. Para ello es bueno incitarle a jugar con algún objeto de su preferencia o permitirle que en esas ocasiones mordisquee un hueso para estar entretenido y no prestar atención a lo que ocurre a su alrededor
  3. Los primeros paseos deben ser cortos;
  4. Es bueno que esos primeros paseos los haga en brazos de algún miembro de la familia que le hable en tono tranquilizador y juguetee con él, para inspirarle confianza
  5. Esos primeros viajes en coche transcurrirán en el asiento de atrás, no todavía en el maletero;
  6. SI posteriormente se desea que el animal viaje siempre en el asiento de atrás, deberá acostumbrársele a viajar atado con un cinturón especial (de venta en comercios especializados)
  7. Si no es así, cuando se haya acostumbrado al traqueteo del motor y a la marcha del coche, se le pasará al maletero y otra vez se le ofrecerá algo con que entretenerse en esos primeros recorridos que, nuevamente, serán cortos inicialmente;
  8. El animal debe viajar siempre en ayunas, hasta que se acostumbre completamente (entendiendo “ayunas” por que tenga el estómago vacío desde al menos 3 horas antes de emprender el recorrido); de esta manera se evitará que vomite. Es siempre preferible que pase un poco de hambre y que coma de regreso a casa, antes que se acostumbre a que ir en coche es marearse y vomitar;
  9. Siguiendo estas instrucciones el animal no necesitará, en principio, de sedación ni antieméticos para viajar en coche y asumirá los viajes como algo placentero cuando se haya acostumbrado;
  10. En los casos difíciles, se consultará con el Veterinario las distintas opciones para evitar que el animal se maree.

En ocasiones el propietario podrá incluso ayudar a contrarrestar el mal hábito con el empleo de ciertos productos homeopáticos administrados a lo largo de un periodo relativamente corto de tiempo y, después, en forma de dosis de “recuerdo”. La homeopatía es segura y no tiene efectos secundarios. Pero es importante tener en cuenta unos datos elementales para que su aplicación sea correcta y tenga los efectos deseados. En primer lugar hay que tomar buena nota de que los productos homeopáticos son muy sensibles a los olores fuertes y a los cambios de temperatura y por lo tanto deben guardarse en lugares oscuros y frescos y alejados de hierbas aromáticas, de cualquier tipo de esencias o perfumes y también de ciertos alimentos muy olorosos como los ajos o las cebollas. Por otra parte también ha de saberse que los productos homeopáticos no deben manipularse directamente con las manos y que los gránulos (la mejor presentación para administrar homeopatía a los perros) no pueden tocarse pues se alteraría su “sinergia”. Así pues, lo ideal es utilizar una cucharita de plástico sobre la que echar las pequeñas bolitas directamente del contendor y aplicarlas bajo la lengua del animal, cerrándole luego la boca durante 30 segundos tiempo durante el cual se disolverán en su boca.

Otro dato a tener en cuenta es que sería ideal separar la toma de los productos homeopáticos media hora de cualquier otra ingesta de comida; por lo tanto bien darle al perro los gránulos en ayunas a primera hora de la mañana o como mínimo media hora antes o después de que haya comido, para que su absorción sea más adecuada y su efecto mayor.

No desesperemos pues. El mareo en coche puede corregirse con relativa facilidad; un poco de paciencia, otro poco de mano derecha y unos truquitos de homeopatía serán suficientes para devolverle al animal la confianza y hacer que en poco tiempo disfrute de las salidas en coche como si tal cosa.

¡Buen viaje!

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(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito)

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