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DURANTE AÑOS HEMOS CREIDO QUE VACUNAR A LOS PERROS ERA LO MEJOR PARA EVITAR GRAVES ENFERMEDADES, MUCHAS INCLUSO MORTALES DE NECESIDAD. Lo primero que cabe preguntarse, para luego poder comprender el por qué de este debate que tiene convulsionados a los defensores y a los detractores de la vacunación preventiva en perros (y tambien, dicho sea de paso, en niños), es... ¿qué es una vacuna? y..., ¿para qué sirve? Pues bien, una vacuna no es ni mas ni menos que cualquier virus o principio orgánico que, convenientemente preparado, es inoculado a persona o animal para perservarlos de una enfermedad determinada; también podríamos definirla como un antígeno procedente de uno o varios microorganismos patógenos, cuya administración estimula la formación de anticuerpos, dando como resultado que el organismo inoculado adquiera inmunidad contra tales microorganismos.El término procede del latín vacca, en memoria de la que fue la primera vacuna. Y es que si hacemos un poco de História podriamos remontarnos a hace poco más de doscientos años, más concretamente 1796, cuando Edward Jenner (autor de "Investigaciones acerca de las causas y efectos de las viruelas vacunas"), observó que las ordeñadoras no solían contraer la viruela, por lo que realizó vacunaciones con material procedente de animales enfermos de viruela vacuna --muy semejante a la humana--, constatando que las personas tratadas no padecían la enfermedad. Los beneficios que este descubrimiento ha tenido para la Humanidad son incuestionables y gracias a la vacunación se han erradicado de la faz de la Tierra gravísimas enfermedades, tantas de ellas mortales o incapacitantes, tanto en humanos como en animales de granja y de compañía. No cabe pues, a priori, cuestionar su necesidad y su utilidad. Y, sin embargo la vacunación preventiva de cachorros y perros adultos está siendo cuestionada, y mucho y de manera muy significativa, en los Estados Unidos, donde la población canina en este momento se contabiliza muy por encima de los sesenta y cinco millones de ejemplares. ¿Por qué? A lo largo de este y próximos capítulos lo vamos a ir viendo. El sistema inmune responde a la estimulación por antígenos bien sea mediante la produccion de anticuerpos o debido a la activación de la inmunidad celular o gracias a la combinación de ambas respuestas. La administración de un antígeno específico (léase, vacuna) deriva en el desarrollo de una respuesta inmune específica hacia ese antígeno concreto, exclusivamente, mientras que un inmunoestimulante inespecífico estimula el sistema inmune en su conjunto y o bien reduce la inmunosupresión o, por el contario, incrementa la resistencia a la enfermedad en general. Las vacunas suelen pues producir una inmunidad casi siempre específica y, en la mayoría de los casos, muy a largo plazo, en tanto que la inmunoestimulación no-específica tiene una duración menor y debe pues emplearse exclusivamente para aquellas enfermedades en las que se haya demostrado que resulta beneficiosa. La inmunización activa implica la administración del antígeno, que ha de derivarse de un agente infeccioso, de tal manera que el animal vea inducida una respuesta inmune específica, con la que llegue a conseguir una óptima resistencia frente a ese agente infeccioso. 1º De una parte, tenemos que hay que determinar cual es la verdadera causa de una enfermedad y a veces, muchas veces, las enfermedades no están causadas por un único agente infeccioso, sino por varios, que no siempre se conocen; 2º Por otro lado es imprescindible comprobar que una respuesta inmune apropiada y específica, va realmente a proteger el organismo frente a esa enfermedad, pues al contrario de lo que cabría pensar, en algunos casos, una respuesta inmune es parte de la enfermedad y la administración de una vacuna puede complicar el cuadro mucho más que proteger al individuo; 3º Finalmente, el riesgo de la vacunación preventiva nunca debe exceder aquellos otros que la enfemedad por sí misma puede provocar. Y aquí es precisamente donde radica el quid de la cuestión, pues hemos de tener en cuenta que en ocasiones, el uso abusivo de las vacunas puede complicar ciertos diagnósticos basados en estudios serológicos, hasta el punto de llegar a imposibilitar la erradicación de la enfermedad como tal! Además hemos de tener bien presente que cuando las vacunas se emplean para controlar enfermedades en una población y no en unos individuos concretos, hay que tener en cuenta el llamado concepto de inmunidad de conjunto (concept of herd immunity), que se refiere al incremento de la resistencia en un grupo debido a la presencia de animales inmunes dentro del mismo, con lo que se reduce la probabilidad de que los individuos que serian susceptibles de padecer tal o cual enfermedad pudieran convivir o darse de bruces con otros infectados dentro del mismo núcleo o habitat. En estos casos, el contagio de las enfermedades se ve muy dificultado, ralentizado o bloqueado. Pero no es menos cierto que una vacuna ideal, capaz de conferir inmunización activa, necesariamente deberia proveer al animal vacunado una inmunidad prolongada y potente y, al propio tiempo, no causar efectos adversos secundarios, estimulando asimismo una respuesta inmune facilmente distinguible de aquella que seria debida a una infección por causa natural, de tal modo que la vacunación y la erradicación de la enfermedad sean simultaneas. Por otro lado, esa misma vacuna ideal tiene que ser barata, estable y susceptible de emplearse en campañas de vacunación masivas. Y aqui es donde nos encontramos con el primer escollo. Dos de estos requisitos --la ausencia de efectos adversos y la elevada antigenicidad-- no suelen verse cumplidos, cuando hablamos de las vacunas clásicas. Las vacunasatenuadas (preparadas con virus o bacterias vivos) suelen presentar, por un lado, lo que se ha dado en llamarvirulencia residual y que consiste en la capacidad de revertir en un tipo de enfermedad todavía más virulento que el que se quiere prevenir, y, por otro, la denominada capacidad contaminante, hasta el punto de que se ha llegado a sugerir por parte de algunos expertos que el adenovirus que tantos quebraderos de cabeza ha causando entre las aves de granja y el parvovirus canino pueden haberse distribuido a partir de vacunas contaminadas. Por lo que respecta a las vacunas inactivadas (preparadas con microorganismos muertos), que son generalmente mucho más seguras y no presentan estas contraindicaciones, tienen sin embargo y lamentablemente una mucho menor capacidad de inmunización y un plazo de proteccion mucho más corto. En el caso de estas ultimas y para contrarrestar estos problemas, se emplean en su fabricación los denominados productos adyuvantes, con la finalidad de incrementar su capacidad antigénica, pero ¡ay!, aqui tambien nos encontramos con un problema añadido y es que estos adyuvantes son en muchos casos susceptibles de causar reacciones en el individuo, a corto, medio o largo plazo y, cuando han de administarse frecuentemente pueden suponer un efecto hipersensibilizante con distintas consecuencias. Además, los adyuvantes empleados multiplican el costo de fabricación de estas vacunas, lo que las hace poco rentables económicamente para el que las produce y para el que las vende y el que las emplea. Todo esto, que a primera vista escapa a la percepción del consumidor final, es decir, el dueño del perro, es lo que ha hecho que se desate un debate que está adquiriendo unas proporciones cada vez mayores y está calentando la palestra. Y es tambien lo que ha generado reacciones encontradas entre los que defienden la vacunación a toda costa, frente a esos otros que creen que la vacunación no debe generalizarse. Mientras, los laboratorios han comenzado a trazar nuevas lineas de investigación para buscar alternativas válidas y capaces de dar una respuesta adecuada a las necesidades y la demanda. En la actualidad se estan estudiando y experimentando nuevas vacunas. De todo ello hablaremos en los próximos capítulos.
(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |