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Nabucco y Herminia de Castro-Castalia Ten en cuenta que todo es nuevo para tu cachorrito y que aún cuando mientras ha estado a mi cuidado, he procurado socializarle al máximo, lo cierto es que los primeros días que pasa separado de su madre, hermanos de camada y del ambiente en el que ha crecido y que es, realmente, el único que ha conocido hasta entonces, estará algo confuso y asustado. Es lo normal. ¿Recuerdas tus primeros días de colegio? Pues algo similar es lo que tu perrito estará experimentando. Personalmente me gusta que los cachorros tomen contacto con sus nuevas costumbres lo más rápidamente posible, pero me parece igualmente importante que las primeras cuarenta y ocho horas al lado de su nueva familia, sirvan para acoplarse a vosotros de tal manera que entienda que ese es su nuevo mundo y su nuevo hogar. Por eso prefiero puede pensarse en posponer la primera salida a la calle hasta un días después de la llegada a su nuevo hogar. Pero no más. Una vez superado ese primer trámite de adaptación es importante que tenga ocasión de empezar a conocer todo aquello que le rodea en el exterior de la casa. Tanto si llueve como si hace sol. La primera salida a la calle debe tener lugar un par de horas o tres después de haber comido, de tal manera que la excitación no interfiera demasiado con la digestión; otro dato importante es que ocurra durante la mañana, a plena luz, por decirlo de alguna manera, pues las horas nocturnas tienden a causar en el animal mayor desconfianza, sobretodo al principio. No hace falta que realicéis un enorme recorrido; bastará con salir a la acera y dar unos pocos pasos. Se trata de tomar contacto, ¡no de dar la vuelta al mundo! Háblale en tono confiado, utiliza mucho su nombre y el consabido "MUY BIEN", acaríciale y usando la correa Flexi, dale dos o tres metros de extensión para que no vaya totalmente pegado a ti, como una lapa. La sobreprotección no es buena, ni siquiera el primer día. Para centrar su atención y hacer que venga a ti, acuclíllate y chasquea los dedos mientras lo llamas y si en algún momento mete las narices donde no debe, ya sabes, emplea un "NO" contundente y da dos o tres palmadas en el aire para reforzar la orden. Sin embargo es importante que tenga ocasión de olisquear la zona y también que se vaya familiarizado con aquellos sitios en los que le estará permitido depositar sus necesidades sólidas -- los alcorques de los árboles. No esperes que el primer día haga sus "cositas" directamente en la calle... sería mucho pedir, créeme. Y tampoco se trata de eso; todavía no. Se trata sí de que escuche el tráfico y vea pasar a la gente. Y si la gente se le acerca para acariciarle, permíteselo. Es bueno, es importantísimo, que tu cachorro se relacione con todo el mundo, digo bien, con todo el mundo. Nada de coartarle. Si quieres tener un perro equilibrado y seguro de sí mismo, tienes que darle la oportunidad de que se relacione con los extraños. Y por supuesto también con otros perros. Pero habrás de ir poco a poco. Si ves que tolera la calle y muestra curiosidad, da un paseo corto, siempre con un par de metros o tres de Flexi para que se sienta "más libre" e investigue lo que le rodea. Continúa hablándole y felicitándole. Si se frena en seco (es probable que lo haga no una sino varias veces), ¡no se te ocurra tirar de la correa y arrastrarle! Eso no lo hagas nunca. Muy probablemente sentirás que se te suben los colores, una tremenda frustración y también un ridículo espantoso, pero piensa que eso mismo lo han sentido muchos otros dueños de perros en sus primeras salidas a la calle y que el que no lo quiera entender, ¡tonto él!, no tu. Tú estás enseñando a tu perrito a integrarse en una Sociedad que, de entrada, le es hostil. Y lo que tienes que hacer para ayudarle es acuclillarte tantas veces como haga falta, llamarle por su nombre, con una actitud positiva (si te enfadas, lo asustarás y si te desesperas, lo agobiarás) hasta que acuda a ti. Cuando lo haga, ya sabes, mucho "MUY BIEN", mucha caricia y mucho transmitirle tu alegría y felicidad por haberte complacido. Tampoco puedes pretender ir a dónde tu quieres y cómo y cuando tú quieres, los primeros días, sino que llevarás la correa bastante "floja" y te dejarás guiar un poco por él, por donde él quiera ir. Ya tendrás tiempo, al cabo de unos pocos días, de comenzar a acostumbrarle a que vaya siempre a tu izquierda y que camine a tu ritmo y mas o menos a la altura de tu pierna. Ahora de lo que se trata es de que se sienta cada vez más cómodo y seguro, mientras camina por la calle, con el ruido de los coches, la gente que se para y lo mira (y no entiende que su posición vertical y su cara de pasmo, sus exclamaciones y sus gestos más o menos bruscos lo impresionan e incluso lo asustan), etc., etc. Vuelve a casa, tras diez o quince minutos de aventura, déjale descansar (es probable que esté agotado con tanta excitación) y repite el trance un par de veces mas a lo largo del día, siempre procurando que medien un par de horas o tres desde la ultima comida, de tal manera que como ya he dicho antes, la digestión no se vea comprometida. Al día siguiente ya puedes probar a llevar contigo un par de periódicos de los que usas en casa (mejor que estén impregnados con su olor a pipí); será mejor que esta vez lo saques a la calle justo después de que se haya despertado de alguna de sus siestecitas, de modo y manera que no tenga tiempo de hacer sus "cositas" en casa. Y si eres de un estoicismo superior, hazlo incluso nada mas levantarte de la cama y antes de que ambos hayáis desayunado (repito, si aceptas no tener que hacer una toilette personal de media hora, porque tanto no te va a esperar el pobrecito y se le escapará todo lo “escapable” mucho antes de que termines de adecentarte…) Pertréchate, en esta y en sucesivas salidas en las que pretendas que haga sus necesidades afuera, con unas cuántas bolitas de su pienso, que le darás como premio si decide hacer un pipí o una cacota durante el paseo, siempre claro, aderezando el premio con el consabido "MUY BIEN". Los paseos serán todavía cortos, muy cortos, pues de lo que se trata no es tanto de que camine sino de que se vaya ambientando. Al cabo de cuatro o cinco días de seguir esta rutina, puedes comenzar a dilatarlos en el tiempo y a incrementar el trayecto andado, teniendo en cuenta, eso sí, que no deben prolongarse mas de quince o veinte minutos seguidos, para evitar el cansancio excesivo. Es preferible que lo saques cinco o seis veces al día por espacio de diez o quince minutos a lo sumo, que dos veces una hora. ¿Entendido? Más adelante entenderás por qué, ahora quédate con la idea. Ten en cuenta que según vayan pasando los días y se vaya acostumbrando al bullicio exterior, es importante que vaya asociando calle con hacer sus "cositas" y deberás procurar hacer coincidir los paseos con los momentos del día en que sabes que tiene necesidades fisiológicas irrefrenables. Ahora que ya habrá disminuido la tensión, no importa tanto que estas salidas se produzcan inmediatamente después de comer. Recuerda que los cachorros hasta los siete u ocho meses no son capaces de controlar sus esfínteres por más de cuatro o cinco horas (salvo quizás por la noche) y por tanto para acostumbrarles a no ensuciar la casa, tienen que saber que podrán salir varias veces al día y hacerlo todo fuera. Dosifícate y dosifícale los paseos. Y según vayas viendo que va asociando calle con deposiciones, ve limitando el acceso a los periódicos dentro de casa, de manera que al final solo tenga que utilizarlos durante la noche, para un caso de emergencia. En unos quince o veinte días habrás conseguido el propósito de educarlo en ese sentido, siempre, claro que el perrito vea que tu estás pendiente. Si te pide salir, es decir si se planta en la puerta de la calle, deja todo lo que estés haciendo, todo-todo-todo, y sácalo. Cuando haga sus cositas prémiale, dale un paseo corto y vuelve a casa. Es importante que el animal comprenda que salir no es ir hasta el alcorque de enfrente, hacer pipí o cacota y volver a casa. Debe tener algún que otro aliciente y no solo la golosina de premio, sino el pequeño paseo para conocer algo más de mundo. A veces hay cachorros más reticentes que esperan a regresar al hogar, dulce hogar, para ir corriendo a sus periódicos e inundarlos. Esto puede y debe evitarse. Utiliza una argucia... cuando estés de camino a casa y el animal crea que le llega el momento de llegar a casa y solazarse, cambia de ruta. Como para entonces su cerebro le ha dicho a sus esfínteres que están a punto de desahogar esa necesidad que ya es absolutamente imperativa, no podrá aguantarse mucho mas y tendrá que hacerlo, sin remedio, en la calle... cuando lo haga, ¡ya sabes!, "MUY BIEN", premio, caricias y entonces sí, otra vez a casa. Es muy importante, muchísimo, que los itinerarios sean lo mas variados posibles ya desde los primeros días. De hecho, a veces será interesante incluso que, para variarlos al máximo, hagas parte del recorrido en coche (así le ahorrarás que se fatigue mas de la cuenta) para transportarle a lugares nuevos e interesantes. Fundamental es también que una vez que tu cachorro se haya acostumbrado a su nueva vida (tras la primera semana de adaptación), empieces a llevarlo a sitios muy transitados y con mucho bullicio; la entrada de unos grandes almacenes (como por ejemplo EL CORTE INGLÉS) a hora punta, o una boca de Metro en los momentos del día de máxima afluencia, la puerta de un colegio de niños de corta edad, cuando termina su día lectivo... no es necesario que hagas nada mas que plantarte delante y esperar a que la gente se mueva alrededor, hable con él, lo acaricie, etc. Un Castro-Castalia en la Escuela de Cachorros También seria ideal poder acudir a los llamados "puppy schools" para que tu perrito tenga ocasión de recordar los meses que ha pasado junto a su madre, hermanos de camada y los demás Bullmastiffs que conforman nuestra familia; ello porque es importante que no pierda la costumbre de relacionarse con otros perros, de distintas edades y tipos. La ventaja de estos sitios, es que son acotados y permiten que los cachorros estén sueltos e interaccionen en total libertad durante el tiempo que están todos juntos. Recuerda que durante los primeros meses las horas dedicadas a jugar, correr, saltar, etc. deben ser escrupulosamente controladas, por lo que es importante que las estancias en estos "puppy schools" no sean muy dilatadas (máximo 30 minutos) ni tampoco diarias, es decir, que preferentemente tendrán lugar en días alternos. Pero ¡ay!, no siempre te va a resultar fácil encontrar un “puppy school” a mano, porque en nuestro país esto todavía no es muy frecuente… así es que no cuentes demasiado con ello. Un último consejo, pero no por ello baladí… vivas dónde vidas, en un piso, en una casa con jardín, en una urbanización con amplios espacios verdes, en una finca de muchas hectáreas, los paseos por la ciudad y el contacto con la gente son de todo punto IMPRESCINDIBLES. Rosi con Daikiry de Castro-Castalia Todo cachorro necesita vivir el mayor número posible de experiencias, positivas y negativas, durante los primeros meses de vida y acostumbrarse al ajetreo, a la variedad de situaciones, a los ruidos, a las sorpresas y novedades que aportan los paseos por las grandes urbes es absolutamente esencial. No le niegues esa oportunidad jamás, porque de lo contrario convertirás a tu perro en un animal huraño, desconfiado y, a la larga, muy infeliz. Y si el día de mañana tu perro tiene problemas de comportamiento éstos se derivarán exclusivamente de la falta de socialización y de la negación que has hecho de darle la oportunidad de ser un animal experimentado y seguro de si mismo. (Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito). |