Cargando Busqueda de la Web
|
Nabucco de Castro-Castalia A principios de Febrero, son las fiestas grandes de Valdemorillo (primera feria taurina nacional), en ella se celebran encierros y hay gran afluencia de publico durante los 10 días que duran, con el fin de aumentar y mantener la socialización de mis Bullmastiffs, durante esos días, llevo a pasear cada día a un Bullmastiff para que estén inmersos en el bullicio y gentío, en medio de multitud de personas, niños corriendo, petardos, globos que explotan, etc. Uno de los días grandes de las fiestas, baje a Nabucco, casi ocho años de edad y sesenta y tantos Kg. de "bicho", puro músculo, a darle su correspondiente inmersión festera, una hora después de dar vueltas por los distintos puestos, un poco cansado (cosas de la edad), me senté en una terraza a disfrutar del bien merecido aperitivo, estaba disfrutando de el cuando una familia de amigos se acerco a charlar un rato conmigo y nada más llegar, la niña de cinco años y el hijo de cuatro, se pusieron a darle mimos, el estaba encantado con la situación y absolutamente feliz (le entusiasman los niños, será por que son los que más caricias), a la media hora de estar revolcándose, literalmente, con él por el suelo, la niña me hizo la siguiente pregunta "¿le puedo dar un paseo?", Nabucco, nunca a paseado con la correa de mano de alguien que no sea Chris o yo, aun así, después de una mirada cómplice de la madre aprobando la idea de su hija, dije "claro que si", por supuesto, yo les acompañaba en todo momento, no por que fuese necesario ni por que pensase que podría llegar a pasar algo, sino por responsabilidad, Nabucco esta perfectamente educado y socializado, pero aun así, existía la posibilidad de que alguna hembra en celo se cruzase en su camino y podría llegar a dar un tirón. Estuvo paseando a Nabucco casi una hora, por en medio de todo el bullicio, algo digno de verse, una mole que abultaba como cuatro o cinco veces el tamaño de la niña, manejado suavemente, obedeciéndola en todo momento, girando a derecha y a izquierda con un suave tirón de la correa, parándose pacientemente a la mas mínima orden, el no tiro de la correa ni se alejo nunca lo suficiente como para tensarla, en algún momento del paseo, otro perro paso cerca ladrando y gruñendo en su dirección, Nabucco, se limito a mirarle fijamente levantando las orejas y aumentando más la cuadratura de su cabeza, un momento, como diciéndole "ya te vale... no ves que estoy paseando con una amiguita", inmediatamente lo ignoro. En un momento dado, la niña, vio un grupo de amigos y se dirigió hacia ellos, al ratito, estaban rodeados de otros 10 niños que le daban más caricias y achuchones (el encantadisimo, por supuesto). Mientras duro el paseo, se ganaron docenas de fotos de los asombrados viandantes que contemplaban la estampa. (Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito). |