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Bruja, Troylo y Owen de Castro-Castalia El aparato digestivo del perro, al igual que el de todos los mamíferos, podría describirse como una maquinaria perfecta, formada por distintos órganos que hacen posible que tenga lugar una digestión completa, desde el momento en que los alimentos son ingeridos por boca y masticados por los dientes, hasta aquél en que, ya procesados y transformados en la necesaria energía con que abastecer a todo el organismo y mantenerlo funcionando, son expulsados como residuos, tanto por la orina como a través de las heces. Está compuesto por:
El alimento que es ingerido por boca, ha de llegar al estómago –a través del esófago- transformado en bolo alimenticio y para que así sea es imprescindible una correcta masticación, con la ayuda de la lengua y de la saliva; una vez en el estómago, una serie de glándulas específicas segregan los jugos gástricos (que están compuestos de agua, ácido hidroclórico y una enzima denominada pepsina) que, a la par que la acción de los propios músculos, transforman el bolo en quimo, una masa mucho más fluida que habrá de pasar al intestino delgado dónde continúa el proceso digestivo. Un proceso que, en el caso de los perros, se prolonga en algunos casos hasta más de cinco o seis horas, y hasta ocho horas, sobretodo desde que comen piensos y comidas enlatadas. Luego, los desperdicios pasan al intestino grueso, donde se absorben la mayor parte de los líquidos residuales, de tal manera que el material de desecho que llegue al recto tenga una consistencia semisólida y, ya convertidos en heces propiamente dichos, sean expulsados a través de este por la apertura anal. Es importante saber que los perros tienen un sistema digestivo menos sofisticado que el nuestro, lo que explica que no sean capaces de digerir correctamente ciertos alimentos; así se explica que si se les da de comer granos de maíz, los expulsen tal cual los engulleron y lo mismo ocurre con el arroz entero, y toda otra serie de cereales, sobretodo cuando no están perfectamente cocidos y totalmente triturados o molidos incluso. Y explica también, y más adelante esta información nos va a ser muy útil, que no sean capaces de aprovechar adecuadamente la proteína vegetal y que sea pues necesario que dispongan en su dieta de la suficiente proteína animal, para que realmente tengan acceso a una óptima nutrición. Ya hemos visto que los alimentos comerciales en forma de piensos secos, se digieren muy lentamente e indudablemente mucho más lentamente que la comida cruda. Esto, unido al hecho de que demasiadas veces producen una sed excesiva, que hace que el animal después de comer, sienta la necesidad de beber grandes cantidades de agua, puede ser uno de los factores desencadenantes de la temida torsión de estómago, que, al contrario de lo que se pudiera pensar, no es exclusiva de las razas de talla gigante, sino que puede afectar incluso a perros de poco más de 20 o 25 kilos de peso. Por eso es tan importante mantener al perro perfectamente vigilado tras cada ingesta de pienso, asegurarse de que no realice ejercicio violento desde una hora antes hasta al menos dos horas después de haber comido y mantener a su disposición agua fresca a todas horas, para que no se sienta impulsado a beber en exceso después de las distintas tomas. ¿Qué es... el estómago? El estómago del perro es un órgano largo y ancho, situado en la parte delantera de la cavidad del tórax, a cuya entrada y salida hay dos anillos de tejido musculoso que tienen la misión de abrirse y cerrarse al paso del alimento ingerido y luego predigerido. El primero es el llamado esfínter cardíaco y es relativamente débil, en tanto que el posterior, denominado píloro, se cierra con fuerza impidiendo que el paso del bolo alimenticio hacia el intestino se realice antes de que se haya completado el proceso de predigestión. ¿Sabía usted que...? El páncreas es una glándula de color rojo pastel, situada junto al intestino delgado, cuyos conductos excretores desembocan en el duodeno. Consta de una parte exocrina, que elabora un jugo que vierte en el intestino y colabora en la digestión por su alto contenido en fermentos y de otra endocrina, dado que produce la hormona denominada insulina, que impide que la cantidad de glucosa en sangre sobrepase ciertos límites. ¿Sabía usted que...? El intestino delgado es un músculo tubular, extraordinariamente largo, formado por un sinfín de glándulas intestinales que se subdivide en tres partes bien diferenciadas entre sí: duodeno, yeyuno e ileon. El alimento pasa a través de todas ellas gracias a los denominados movimientos peristálticos. Es precisamente en el intestino delgado donde tiene lugar la digestión propiamente dicha; el alimento llega hasta aquí en forma líquida, gracias a los jugos gástricos que se han producido en el estómago y a esos otros procedentes del páncreas y a la bilis que produce el hígado y también a los propios jugos intestinales. Jugos todos ellos que contienen bicarbonato en gran cantidad, capaz de neutralizar los ácidos estomacales y producir el ambiente alcalino indispensable para el correcto funcionamiento de las enzimas amilasa, lipasa y tripsina que se encargan de digerir los almidones, la grasa y la proteína. Muy importante: El acto de defecar es parcialmente voluntario aunque también tiene algo de reflejo por lo que no se puede retrasar indefinidamente. Eso explica que los perros necesiten hacer sus necesidades dos o tres veces al día y que los cachorros, incapaces todavía de controlar los esfínteres anales lo hagan muchas veces más y no logren aguantar más que unas pocas horas entre deposición y deposición. Hay que tomar buena nota... ... del hecho de que a cada lado y por debajo del orificio anal existen dos pequeñas bolsas del tamaño de una lenteja o poco más, que se llaman sacos anales y que contienen un líquido de fuerte olor, que ablanda las heces a su paso por el ano y facilita la defecación. Estos sacos anales a veces no evacuan bien todo su contenido y es por ello necesario que, en cada revisión, el veterinario los limpie para extraer todo el contenido sobrante y evitar molestias muy dolorosas y otras complicaciones peores. Muy importante: La torsión de estómago se caracteriza por unos síntomas bastante fáciles de detectar: Hinchazón
abdominal Se trata de una condición de extrema gravedad, que requiere de la inmediata intervención veterinaria para tratar de salvar la vida del animal afectado y que, de no ser tratada a tiempo, conduce al estado de shock y a la muerte en pocas horas.
(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y/o Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito) |