Primero
Disfrute
del sol, aire libre y espacios abiertos a diario, que impliquen la sensación
de plena libertad.
Segundo
Ejercicio regular, variado y “divertido”,
en forma de paseos, juegos e interacción permanente con su familia humana
y con otros congéneres.
Tercero
Dieta sana, de alta calidad, siempre
evitando “caprichitos” entre-horas, responsables en parte del
riesgo de obesidad.
Cuarto
Agua fresca a libre disposición, preferentemente
filtrada y sin cloro. En zonas de “aguas duras” es aconsejable
optar por agua mineral sin gas.
Quinto
Zonas “de estar” confortables,
perfectamente limpias y desinfectadas; cama cómoda, amplia, mullida,
de fácil limpieza y material aislante. En su caso, caseta amplia, con
buena orientación, que disponga de aislante térmico y con
cortavientos.
Sexto
Óptimas condiciones de aseo e higiene y cepillados regulares
(con o sin baño, dependiendo de las características de cada
animal).
Séptimo
Visitas al veterinario, con carácter ordinario, bimensual
o trimestralmente, que incluyan completos chequeos de salud, revacunaciones
anuales y desparasitaciones internas y externas regulares; también visitas
puntuales al veterinario con carácter extraordinario ( yen su caso,
urgente) siempre que la situación lo exija.
Octavo
Establecimiento de
ciertas pautas rutinarias (horarios de las comidas, de las salidas, del
descanso, etc) teniendo siempre en cuenta que la “anarquía” en un
animal de costumbres como es el perro, le causa verdaderos problemas de adaptación.
Noveno
Castración y esterilización a edad temprana, del individuo
que no vaya a ser empleado para la reproducción, o en concursos
caninos.
Décimo
Absoluta responsabilidad en la tenencia
del perro y trato exquisito por parte de sus dueños. Prodigando además continuas muestras
de afecto mediante la palabra, el gesto y la caricia. Ofrecerle siempre la
mejor compañía y atención de manera que se sienta
perfectamente integrado en la familia en cuyo seno convive.